Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 2:10-23 verso por verso
Métete en la roca; escóndete en el polvo ante la temible presencia del SEÑOR y ante el esplendor de su majestad.
Los ojos altivos del hombre serán humillados, y la soberbia del ser humano será postrada. Solo el SEÑOR será enaltecido en aquel día.
Porque el día del SEÑOR de los Ejércitos vendrá contra todo arrogante y altivo, y contra todo el que se ha enaltecido, el cual será humillado.
Vendrá contra todos los cedros del Líbano, altos y erguidos, y contra todas las encinas de Basán.
Vendrá contra todas las altas montañas y contra todas las colinas elevadas.
Vendrá contra toda torre alta y contra todo muro fortificado,
contra todas las naves de Tarsis y contra todos los barcos lujosos.
La altivez del hombre será postrada; la soberbia del ser humano será humillada. Solo el SEÑOR será enaltecido en aquel día,
y los ídolos desaparecerán por completo.
Los hombres se meterán en las cavernas de las peñas y en las aberturas de la tierra, a causa de la temible presencia del SEÑOR y del esplendor de su majestad, cuando se levante para hacer temblar la tierra.
En aquel día los hombres arrojarán a los topos y a los murciélagos sus ídolos de plata y sus ídolos de oro que habían hecho para adorarlos,
a fin de meterse en las grietas de las rocas y en las hendiduras de las peñas, a causa de la temible presencia del SEÑOR y del esplendor de su majestad, cuando el SEÑOR se levante para hacer temblar la tierra.
Dejen de confiar en el hombre, cuyo hálito está en su nariz; pues, ¿de qué estima es digno?