Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 22:13-23 verso por verso
No obstante, he aquí que hay regocijo y alegría. Se matan vacas y se degüellan ovejas; se come carne y se bebe vino: “¡Comamos y bebamos, que mañana moriremos!”.
Esto ha sido revelado a mis oídos de parte del SEÑOR de los Ejércitos: “Ciertamente este pecado no les será perdonado hasta que mueran”, ha dicho el SEÑOR Dios de los Ejércitos.
Así ha dicho el SEÑOR Dios de los Ejércitos: “Anda, ve a ese mayordomo, a Sebna, administrador del palacio, y dile:
‘¿Qué tienes tú aquí, o a quién tienes tú aquí, para que hayas labrado aquí un sepulcro para ti, como los que labran sus sepulcros en los lugares elevados, o los que esculpen su morada en la peña?
He aquí que el SEÑOR te arrojará con violencia, oh hombre poderoso. Él te asirá firmemente
y te enrollará bien como a un ovillo, para lanzarte a una tierra espaciosa. Allá morirás, y allá quedarán tus carros espléndidos, vergüenza de la casa de tu señor.
Yo te depondré de tu puesto y te eliminaré de tu posición.
“‘Sucederá en aquel día que yo llamaré a mi siervo Eliaquim hijo de Hilquías.
Lo vestiré con tu túnica y lo ceñiré con tu cinturón. En sus manos entregaré tu autoridad, y él será el padre de los habitantes de Jerusalén y de la casa de Judá.
Pondré sobre su hombro la llave de la casa de David. Él abrirá y nadie cerrará; él cerrará y nadie abrirá.
“‘Yo lo clavaré como estaca en lugar firme, y será un trono de honra para la casa de su padre.