• Isaías 26:8

    Ciertamente, siguiendo el camino de tus juicios te hemos esperado, oh SEÑOR; tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra alma.

  • Isaías 26:9

    Mi alma te espera en la noche; mientras haya aliento en mí, madrugaré a buscarte. Porque cuando tus juicios se manifiestan en la tierra, los habitantes del mundo aprenden justicia.

  • Isaías 26:10

    Aunque se le tenga piedad al impío, no aprende justicia; en tierra de rectitud hace iniquidad y no considera la majestad del SEÑOR.

  • Isaías 26:11

    Oh SEÑOR, levantada está tu mano, pero ellos no la ven. Que vean el celo por tu pueblo y se avergüencen; que también los consuma el fuego para tus enemigos.

  • Isaías 26:12

    Oh SEÑOR, tú estableces paz para nosotros, porque también realizas por nosotros todas nuestras obras.

  • Isaías 26:13

    Oh SEÑOR, Dios nuestro, otros amos aparte de ti se han enseñoreado de nosotros; pero solo reconocemos tu nombre, el tuyo.

  • Isaías 26:14

    Muertos son; no vivirán. Han fallecido; no se levantarán. Porque tú los has castigado y los has destruido; has hecho perecer todo recuerdo de ellos.

  • Isaías 26:15

    Tú has engrandecido la nación, oh SEÑOR; has engrandecido la nación y te has hecho glorioso. Has ensanchado todas las fronteras del país.

  • Isaías 26:16

    Oh SEÑOR, te buscaban en la tribulación; cuando tu castigo caía sobre ellos, derramaban su oración.

  • Isaías 26:17

    Como la mujer encinta y cercana a dar a luz que se retuerce y grita en sus dolores, así hemos sido delante de ti, oh SEÑOR.

  • Isaías 26:18

    Concebimos; tuvimos dolores de parto, pero fue como si diéramos a luz viento. Ninguna liberación hemos logrado en la tierra, ni han podido nacer los habitantes del mundo.

  • Isaías 26:19

    Tus muertos volverán a vivir; los cadáveres se levantarán. ¡Despierten y canten, oh moradores del polvo! Porque tu rocío es como rocío de luces, y la tierra dará a luz a sus fallecidos.

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