Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 28:1-10 verso por verso
¡Ay de la corona de soberbia de los borrachos de Efraín y de la flor marchita de la hermosura de su gloria, que está sobre la cabeza de los que se glorían de la abundanciac, de los aturdidos por el vino!
He aquí que viene de parte del SEÑOR alguien que es fuerte y poderoso. Derriba a tierra con fuerza, como tormenta de granizo y tempestad destructora, como tormenta de recias aguas que inundan.
Con los pies será pisoteada la corona de soberbia de los borrachos de Efraín.
Y la flor marchita de la hermosura de su gloria, que está sobre la cabeza de los que se glorían de la abundanciac, será como la fruta temprana, antes del verano, la cual cuando alguien la ve, se la traga tan pronto como la tiene en su mano.
En aquel día el SEÑOR de los Ejércitos será corona de hermosura y diadema de gloria para el remanente de su pueblo.
Él será espíritu de justicia para el que preside el juicio, y de valor para los que vuelven el ataque hasta las puertas de la ciudad.
Pero también estos han errado a causa del vino, y han divagado a causa del licor. El sacerdote y el profeta han errado a causa del licor; han sido confundidos a causa del vino. Han divagado a causa del licor; han errado en su visión y han titubeado en sus decisiones.
Todas las mesas están llenas de vómito repugnante, hasta no quedar lugar limpio.
Dicen: “¿A quién enseñará conocimiento, o a quién hará entender el mensaje? ¿A los que recién han sido destetados? ¿A los que recién han sido quitados de los pechos?
Porque mandato tras mandato, mandato tras mandato; línea tras línea, línea tras línea; un poquito allí, un poquito allí…”.