Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 28:23-29 verso por verso
Estén atentos y escuchen mi voz; presten atención y escuchen mi dicho:
¿Acaso para sembrar el labrador solo ara, rompe y deshace los terrones de tierra durante todo el día?
Después de haber emparejado la superficie, ¿no esparce el eneldo, arroja el comino y pone el trigo en franjas, la cebada en su lugar y el centeno en el borde?
Su Dios le enseña y lo instruye en cuanto a lo que es correcto:
que el eneldo no se trilla con el trillo ni sobre el comino se hace rodar la rueda de la carreta; sino que el eneldo se golpea con un palo y el comino con una vara.
Por cierto, no se muele el grano indefinidamente ni se lo trilla sin fin. Pero haciendo pasar la rueda de la carreta, lo esparce y no lo tritura.
También esto procede del SEÑOR de los Ejércitos, maravilloso en designios y grande en logros.