Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 3:1-12 verso por verso
Porque he aquí que Dios, el SEÑORc de los Ejércitos, quitará de Jerusalén y de Judá la provisión y el sustento: toda provisión de pan y toda provisión de agua.
Quitará al valiente y al hombre de guerra, al juez y al profeta, al adivino y al anciano,
al jefe de cincuenta y al hombre respetable, al consejero y al excelente artesano, y al experto encantador.
Les pondré muchachos por magistrados, y los caprichosos se enseñorearán de ellos.
En medio del pueblo el hombre oprimirá al hombre, y cada cual a su prójimo. El joven será insolente con el anciano, y el ruin con el noble.
Cuando alguno eche mano de su hermano en la casa de su padre y le diga: “Tú que tienes ropa, sé nuestro jefe y toma en tus manos esta ruina”,
él alzará la voz en aquel día diciendo: “Yo no seré sanador, pues en mi casa no hay comida ni vestido. No me pongan por jefe del pueblo”.
Porque Jerusalén ha tropezado, y Judá ha caído; pues la lengua de ellos y sus obras son contrarias al SEÑOR y desafían la presencia de su majestad.
Su parcialidad los acusa. Como Sodoma, expresan su pecado y no lo disimulan. ¡Ay de ellos, porque para sí mismos han producido el mal!
Digan a los justos que les irá bien, que comerán del fruto de sus hechos.
¡Ay de los impíos! Les irá mal, porque les será hecho conforme a las obras de sus manos.
¡Oh pueblo mío! Sus opresores son muchachos, y mujeres se enseñorean de él. Pueblo mío, los que te guían te hacen errar y confunden el rumbo de tus caminos.