Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 30:1-14 verso por verso
“Ay de los hijos rebeldes”, dice el SEÑOR, “por llevar a cabo planes pero no los míos, por hacer libaciones para sellar alianzas pero no según mi Espíritu, añadiendo pecado sobre pecado.
“Ellos parten para descender a Egipto a fin de protegerse bajo la protección del faraón y de refugiarse en la sombra de Egipto; pero a mí no me han consultado.
Pero la protección del faraón se les convertirá en vergüenza; y el refugio de la sombra de Egipto, en afrenta.
Cuando sus magistrados estén en Tanis y sus embajadores lleguen a Hanes,
todos serán defraudados por un pueblo que no les servirá de nada. No los socorrerá ni les traerá provecho, sino solo vergüenza y afrenta”.
Profecía acerca de los animales del Néguev: “Por tierra de tribulación y angustia, de donde provienen la leona y el león, la víbora y la serpiente voladora, ellos llevan sobre los lomos de los asnos sus riquezas, y sobre las gibas de los camellos sus tesoros, hacia un pueblo que no les será de provecho.
Ciertamente los egipcios darán ayuda vana y vacía. Por tanto, he llamado a Egipto: ¡Rahab la inutilizada!
“Ahora ven y escribe esta visión en una tablilla, delante de ellos. Grábala en un libro para que se conserve como testimonio perpetuo hasta el día final.
Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quieren escuchar la instrucción del SEÑOR.
Ellos han dicho a los videntes: ‘No tengan visiones’; y a los profetas: ‘No nos profeticen cosas rectas. Dígannos, más bien, cosas halagüeñas; profeticen cosas ilusorias.
Apártense del camino, desvíense de la senda; dejen de confrontarnos con el Santo de Israel’ ”.
Por tanto, así ha dicho el Santo de Israel: “Porque desecharon esta palabra y confiaron en la violencia y en la perversidad, y se han apoyado en ello,
por eso, este pecado les será como muro agrietado que se abre y cae, como un alto muro al cual de repente, en un instante, le viene su quebrantamiento.
Su quebrantamiento será como cuando se quiebra una vasija de alfarero, que sin misericordia es hecha pedazos; tanto que entre sus pedazos no se halla un solo fragmento que sirva para sacar brasas de un brasero o para sacar agua de una cisterna”.