Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 32:11-14 verso por verso
Tiemblen, oh indolentes; estremézcanse, oh confiadas. Despójense, desnúdense; ciñan con cilicio sus caderas.
Golpéense el pecho por los campos agradables, por la vid fecunda.
Sobre la tierra de mi pueblo brotarán espinos y cardos, sobre las casas donde hay regocijo en la ciudad alegre.
Porque el palacio ha quedado abandonado, y ha cesado el bullicio de la ciudad. La colina y la torre del centinela se han convertido en lugares arrasados para siempre, lugares de retozo para los asnos monteses y prados para los rebaños.