Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 37:22-36 verso por verso
esta es la palabra que el SEÑOR ha hablado acerca de él: “‘La virgen hija de Sion te menosprecia; hace burla de ti. Mueve su cabeza a tus espaldas la hija de Jerusalén.
¿A quién has afrentado e injuriado? ¿Contra quién has levantado la voz y alzado los ojos con altivez? ¡Contra el Santo de Israel!
“‘Por medio de tus siervos has afrentado al Señor y has dicho: Con la multitud de mis carros yo ascendí a las cumbres de los montes, a las regiones más remotas del Líbano. Corté sus más altos cedros y sus cipreses escogidos. Llegué hasta su cumbre, al bosque más exuberante.
Yo cavé y bebí aguas extranjeras, y con las plantas de mis pies hice secar todas las corrientes de Egipto.
“‘¿Acaso no lo has oído? Hace mucho tiempo que lo determiné; desde los días de la antigüedad lo dispuse. Y ahora he hecho que suceda para hacer de las ciudades fortificadas montones de ruinas.
Y sus habitantes, sin poder hacer nada, son aterrorizados y avergonzados. Son como la planta del campo o el verdor del pasto, como la hierba de los terrados que es quemada antes de madurar.
“‘Yo conozco tu sentarte, tu salir y tu entrar, y también tu furor contra mí.
Porque te has enfurecido contra mí, y tu arrogancia ha subido a mis oídos, pondré mi gancho en tu nariz y mi freno en tus labios. Y te haré regresar por el camino por donde has venido’.
“Y esto te servirá de señal, oh Ezequías: Este año comerán de lo que brota de por sí, y el segundo año de lo que crezca de aquello. Pero en el tercer año siembren y sieguen; planten viñas y coman de su fruto.
Y los sobrevivientes de la casa de Judá, los que habrán quedado, volverán a echar raíces por debajo y a dar fruto por arriba.
Porque de Jerusalén saldrá un remanente, y del monte Sion los sobrevivientes. ¡El celo del SEÑOR de los Ejércitos hará esto!
“Por tanto, así ha dicho el SEÑOR acerca del rey de Asiria: ‘No entrará en esta ciudad; no tirará en ella ni una sola flecha. No vendrá frente a ella con escudo ni construirá contra ella terraplén.
Por el camino por donde vino, por él se volverá; y no entrará en esta ciudad, dice el SEÑOR.
Pues defenderé esta ciudad para salvarla, por amor a mí mismo y por amor a mi siervo David’ ”.
Entonces salió el ángel del SEÑOR e hirió a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios. Se levantaron por la mañana, y he aquí que todos ellos eran cadáveres.