Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 37:29-37 verso por verso
Porque te has enfurecido contra mí, y tu arrogancia ha subido a mis oídos, pondré mi gancho en tu nariz y mi freno en tus labios. Y te haré regresar por el camino por donde has venido’.
“Y esto te servirá de señal, oh Ezequías: Este año comerán de lo que brota de por sí, y el segundo año de lo que crezca de aquello. Pero en el tercer año siembren y sieguen; planten viñas y coman de su fruto.
Y los sobrevivientes de la casa de Judá, los que habrán quedado, volverán a echar raíces por debajo y a dar fruto por arriba.
Porque de Jerusalén saldrá un remanente, y del monte Sion los sobrevivientes. ¡El celo del SEÑOR de los Ejércitos hará esto!
“Por tanto, así ha dicho el SEÑOR acerca del rey de Asiria: ‘No entrará en esta ciudad; no tirará en ella ni una sola flecha. No vendrá frente a ella con escudo ni construirá contra ella terraplén.
Por el camino por donde vino, por él se volverá; y no entrará en esta ciudad, dice el SEÑOR.
Pues defenderé esta ciudad para salvarla, por amor a mí mismo y por amor a mi siervo David’ ”.
Entonces salió el ángel del SEÑOR e hirió a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios. Se levantaron por la mañana, y he aquí que todos ellos eran cadáveres.
Entonces Senaquerib, rey de Asiria, partió y regresó, y permaneció en Nínive.