Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 38:17-22 verso por verso
He aquí, fue por mi bien que tuve gran amargura, pero tú libraste mi vida del hoyo de la destrucción, pues has echado tras tus espaldas todos mis pecados.
Porque el Seol no te agradecerá ni la muerte te alabará ampoco los que descienden a la fosa esperarán en tu fidelidad.
¡El que vive, el que vive es el que te agradece, como yo lo hago ahora l padre da a conocer a los hijos tu fidelidad.
El SEÑOR ha prometido salvarme. Por tanto, tocaremos nuestras melodías en la casa del SEÑOR todos los días de nuestra vida.
Pues Isaías había dicho: “Tomen una masa de higos, y extiéndanla sobre la llaga, y sanará”.
Y Ezequías había dicho: “¿Qué señal tendré de que he de subir a la casa del SEÑOR?”.