Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 40:9-17 verso por verso
»Sube sobre un monte alto, oh Sion, tú que anuncias buenas nuevas. Levanta con fuerza la voz, oh Jerusalén, tú que anuncias buenas nuevas. Levántala; no temas. Di a las ciudades de Judá: “¡He aquí su Dios!”.
He aquí que el SEÑOR Dios vendrá con poder, y su brazo gobernará por él. He aquí que su retribución viene con él, y su obra delante de él.
Como un pastor, apacentará su rebaño; con su brazo lo reunirá. A los corderitos llevará en su seno, y conducirá con cuidado a las que todavía están criando.
¿Quién midió las aguas en el hueco de su mano y calculó la extensión de los cielos con su palmo? ¿Quién contuvo en una medida el polvo de la tierra, y pesó los montes con báscula y las colinas en balanza?
¿Quién ha escudriñado al Espíritu del SEÑOR, y quién ha sido su consejero y le ha enseñado?
¿A quién pidió consejo para que le hiciera entender, o lo guió en el camino correcto, o le enseñó conocimiento, o le hizo conocer la senda del entendimiento?
He aquí que las naciones son como una gota de agua que cae de un balde, y son estimadas como una capa de polvo sobre la balanza. Él pesa las islas como si fueran polvo menudo.
El Líbano no bastaría para el fuego ni todos sus animales para un holocausto.
Todas las naciones son como nada delante de él; son consideradas por él como cosa vana, y como lo que no es.