Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 41:14-23 verso por verso
No temas, gusanito de Jacob; ustedes, los poquitos de Israel. Yo soy tu socorro, dice el SEÑOR, tu Redentor, el Santo de Israel.
He aquí que yo te he puesto como trillo, como rastrillo nuevo lleno de dientes. Trillarás los montes y los harás polvo; y a las colinas dejarás como tamo.
Los aventarás, y se los llevará el viento; el torbellino los esparcirá. Pero tú te regocijarás en el SEÑOR; te gloriarás en el Santo de Israel.
“Los pobres y los necesitados buscan agua, y no la hay; su lengua se reseca de sed. Pero yo, el SEÑOR, les responderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.
Sobre las cumbres áridas abriré ríos, y manantiales en medio de los valles. Convertiré el desierto en lagunas, y la tierra reseca en fuentes de agua.
Haré crecer en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivos. Pondré en la región árida cipreses, olmos y abetos,
para que vean y conozcan; para que juntos reflexionen y entiendan que la mano del SEÑOR ha hecho esto, y que el Santo de Israel lo ha creado.
“Presenten su causa, dice el SEÑOR; expongan sus argumentos, dice el Rey de Jacob.
Que se acerquen y nos anuncien lo que ha de suceder. Declárennos las cosas que han sucedido desde el principio, y prestaremos atención. O hágannos oír de las cosas por venir, y sabremos su final.
“Dígannos lo que ha de venir después, para que sepamos que ustedes son dioses. Por lo menos, hagan el bien o el mal, para que nosotros tengamos miedo y también temamos.