Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 41:17-29 verso por verso
“Los pobres y los necesitados buscan agua, y no la hay; su lengua se reseca de sed. Pero yo, el SEÑOR, les responderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.
Sobre las cumbres áridas abriré ríos, y manantiales en medio de los valles. Convertiré el desierto en lagunas, y la tierra reseca en fuentes de agua.
Haré crecer en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivos. Pondré en la región árida cipreses, olmos y abetos,
para que vean y conozcan; para que juntos reflexionen y entiendan que la mano del SEÑOR ha hecho esto, y que el Santo de Israel lo ha creado.
“Presenten su causa, dice el SEÑOR; expongan sus argumentos, dice el Rey de Jacob.
Que se acerquen y nos anuncien lo que ha de suceder. Declárennos las cosas que han sucedido desde el principio, y prestaremos atención. O hágannos oír de las cosas por venir, y sabremos su final.
“Dígannos lo que ha de venir después, para que sepamos que ustedes son dioses. Por lo menos, hagan el bien o el mal, para que nosotros tengamos miedo y también temamos.
He aquí que ustedes nada son, y sus obras no existen; el que los escoja es una abominación.
“Del norte desperté a uno, y vendrá; desde el lugar donde nace el sol, él invocará mi nombre. Y pisoteará a gobernantes como a lodo, como el alfarero pisa el barro.
¿Quién lo anunció desde el principio, para que lo supiéramos? ¿Quién lo dijo de antemano, para que dijéramos: ‘Él tenía razón’? Ciertamente no hay quien lo diga ni quien lo anuncie. Tampoco hay quien oiga sus palabras.
He aquí que yo fui el primero que declaré estas cosas a Sion, y a Jerusalén le daré un portador de buenas nuevas”.
Miré, y no había ninguno. Entre ellos no había consejeros a quienes les preguntara para que me dieran respuesta.
He aquí que todos son iniquidad, y la obra de ellos nada es. Viento y vanidad son sus imágenes de fundición.