Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 43:1-10 verso por verso
Pero ahora, así ha dicho el SEÑOR, el que te creó, oh Jacob; el que te formó, oh Israel: “No temas, porque yo te he redimido. Te he llamado por tu nombre; tú eres mío.
Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y cuando pases por los ríos, no te inundarán. Cuando andes por el fuego, no te quemarás ni la llama te abrasará.
Porque yo soy el SEÑOR tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. A Egipto he entregado por tu rescate; a Etiopía y a Seba he dado por ti.
Puesto que ante mis ojos tú eres de gran estima, y eres honorable, y yo te amo, daré hombres por ti, y pueblos por tu vida.
“No temas, porque yo estoy contigo. Del oriente traeré a tus descendientes, y del occidente te recogeré.
Diré al norte: ‘¡Entrégamelos!’. Y al sur: ‘¡No los retengas!’ Trae de lejos a mis hijos, y a mis hijas de los confines de la tierra.
A cada uno que es llamado según mi nombre y a quien he creado para mi gloria, yo lo formé. Ciertamente yo lo hice.
“Haz salir a un pueblo que es ciego, aunque tiene ojos, y que es sordo, aunque tiene oídos.
Congréguense a una todas las naciones, y reúnanse todos los pueblos. ¿Quién de ellos hay que nos anuncie esto y que nos haga oír las cosas antiguas? Que se presenten sus testigos, y que se justifiquen; que escuchen, y digan: ‘Es verdad’.
“Ustedes son mis testigos, dice el SEÑOR; mi siervo que yo escogí, para que me conozcan y me crean, a fin de que entiendan que Yo Soy. Antes de mí no fue formado ningún dios ni lo será después de mí.