Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 43:10-23 verso por verso
“Ustedes son mis testigos, dice el SEÑOR; mi siervo que yo escogí, para que me conozcan y me crean, a fin de que entiendan que Yo Soy. Antes de mí no fue formado ningún dios ni lo será después de mí.
Yo, yo el SEÑOR; fuera de mí no hay quien salve.
Yo anuncié y salvé; yo proclamé, y no algún dios extraño entre ustedes. Ustedes son mis testigos, y yo soy Dios, dice el SEÑOR.
Aun antes que hubiera día, Yo Soy, y no hay quien pueda librar de mi mano. Lo que hago, ¿quién lo deshará?”.
Así dice el SEÑOR, su Redentor, el Santo de Israel: “Por la causa de ustedes enviaré a Babilonia, y haré descender a todos como fugitivos; y aun a los caldeos en sus naves de placer.
Yo soy el SEÑOR, el Santo de ustedes, el Creador de Israel, su Rey”.
Así ha dicho el SEÑOR — el que abre camino en el mar, y senda en las aguas impetuosas;
el que saca al carro y al caballo y al ejército junto con su poderío, y yacen para no levantarse jamás; son extinguidos y apagados como una mecha — :
“No se acuerden de las cosas pasadas ni consideren las cosas antiguas.
He aquí que yo hago una cosa nueva; pronto surgirá. ¿No la conocerán? Otra vez les haré un camino en el desierto, y ríos en el sequedal.
Los animales del campo me honrarán; también los chacales y los avestruces. Porque daré aguas en el desierto y ríos en el sequedal para dar de beber a mi pueblo escogido.
Este es el pueblo que yo he formado para mí; ellos proclamarán mi alabanza.
“Sin embargo, no me invocaste, oh Jacob; sino que te cansaste de mí, oh Israel.
No me trajiste corderos como tus holocaustos ni me honraste con tus sacrificios. No te hice servir con ofrendas ni te fatigué con incienso.