Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 5:18-30 verso por verso
¡Ay de los que arrastran la iniquidad con cuerdas de vanidad, y el pecado como con coyundas de carreta!
Ellos dicen: “Dese prisa; apresúrese su obra para que la veamos. Acérquese y venga el plan del Santo de Israel, para que lo conozcamos”.
¡Ay de los que a lo malo llaman bueno; y a lo bueno, malo! Consideran las tinieblas como luz, y la luz como tinieblas. Consideran lo amargo como dulce, y lo dulce como amargo.
¡Ay de los que son sabios ante sus propios ojos, y de los que son prudentes según ellos mismos!
¡Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar licor;
y de los que por soborno declaran justo al culpable, y al justo le quitan su justicia!
Por tanto, como la lengua de fuego devora la paja y la llama doblega el rastrojo, así la raíz de ellos será como cosa putrefacta, y su flor se desvanecerá como el polvo. Porque han desechado la ley del SEÑOR de los Ejércitos, y han despreciado la palabra del Santo de Israel.
Por esta causa se enciende el furor del SEÑOR contra su pueblo; extiende contra él su mano y lo golpea. Los montes se estremecen, y sus cadáveres son como basura en medio de las calles. A pesar de todo esto, no ha cesado su furor, y su mano todavía está extendida.
Él alzará la bandera a una nación lejana. Le silbará para que venga desde los confines de la tierra, y he aquí que vendrá rápida y veloz.
No hay entre ellos quien se canse ni tropiece; nadie se adormece ni se duerme. A ninguno se le desata el cinturón de su cintura ni se le rompe la correa de sus sandalias.
Sus flechas están afiladas, y todos sus arcos preparados. Los cascos de sus caballos parecen como de pedernal, y las ruedas de sus carros son como torbellino.
Su rugido es como de león; ruge como los cachorros. Gruñe, arrebata la presa y se la lleva sin que nadie la libre.
En aquel día rugirá sobre la presa como el rugido del mar. Entonces mirará hacia esta tierra, y he aquí tinieblas de tribulación. Aun la luz se convertirá en oscuridad a causa de los nubarrones.