Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 50:4-6 verso por verso
El SEÑOR Dios me ha dado una lengua adiestrada para saber responder palabra al cansado. Me despierta cada mañana; cada mañana despierta mi oído para que yo escuche, como los que son adiestrados.
El SEÑOR Dios me abrió el oído, y no fui rebelde ni me volví atrás.
Entregué mis espaldas a los que me golpeaban, y mis mejillas a los que me arrancaban la barba. No escondí mi cara de las afrentas ni de los escupitajos.