Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 50:6-7 verso por verso
Entregué mis espaldas a los que me golpeaban, y mis mejillas a los que me arrancaban la barba. No escondí mi cara de las afrentas ni de los escupitajos.
Porque el SEÑOR Dios me ayuda, no he sido confundido. Por eso puse mi rostro firme como un pedernal y sé que no seré avergonzado.