Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 63:1-9 verso por verso
— ¿Quién es este que viene de Edom, de Bosra, vestido con vestiduras brillantes? ¿Quién es este de ropa esplendorosa, que marchac en la grandeza de su poder? — Soy yo, que hablo en justicia, grande para salvar.
— ¿Por qué está enrojecida tu ropa, y tus vestiduras están como las del que ha pisado en el lagar?
— He pisado el lagar yo solo. De los pueblos nadie estuvo conmigo. Los he pisado con mi furor, y los he hollado con mi ira. La sangre de ellos salpicó mis vestiduras, y manché toda mi ropa.
Porque el día de la venganza ha estado en mi corazón, y el año de mi redención ha llegado.
Yo miré, y no había quien ayudara. Me asombré de que no hubiera quien apoyara. Entonces mi propio brazo me salvó; y mi ira, ella me sostuvo.
Con mi furor pisoteé a los pueblos; los embriagué con mi ira y derramé su sangre por tierra.
Las misericordias del SEÑOR recordaré, y las alabanzas del SEÑOR, conforme a todo lo que el SEÑOR nos ha recompensado, y a su gran bondad para con la casa de Israel. Él nos ha recompensado según su misericordia y su gran compasión.
Pues ha dicho: “Ciertamente ellos son mi pueblo, hijos que no mienten”. Y él fue su Salvador.
En toda la angustia de ellos, él fue angustiado; y el ángel de su Presencia los salvó. En su amor y en su compasión los redimió. Los alzó y los llevó todos los días de la antigüedad.