Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 63:5-7 verso por verso
Yo miré, y no había quien ayudara. Me asombré de que no hubiera quien apoyara. Entonces mi propio brazo me salvó; y mi ira, ella me sostuvo.
Con mi furor pisoteé a los pueblos; los embriagué con mi ira y derramé su sangre por tierra.
Las misericordias del SEÑOR recordaré, y las alabanzas del SEÑOR, conforme a todo lo que el SEÑOR nos ha recompensado, y a su gran bondad para con la casa de Israel. Él nos ha recompensado según su misericordia y su gran compasión.