Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 63:8-16 verso por verso
Pues ha dicho: “Ciertamente ellos son mi pueblo, hijos que no mienten”. Y él fue su Salvador.
En toda la angustia de ellos, él fue angustiado; y el ángel de su Presencia los salvó. En su amor y en su compasión los redimió. Los alzó y los llevó todos los días de la antigüedad.
Pero ellos se rebelaron y entristecieron a su Espíritu Santo. Por eso se volvió su enemigo, y él mismo combatió contra ellos.
Pero se acordó de los días de la antigüedad, de Moisés su siervo. ¿Dónde está el que los hizo subir del mar con el pastor de su rebaño? ¿Dónde está el que puso en él su Espíritu Santo,
quien envió su glorioso brazo para estar a la derecha de Moisés, y quien partió las aguas ante ellos, conquistando para sí renombre eterno?
Él es el que los condujo por los abismos, como a un caballo en el desierto, sin que tropezaran.
El Espíritu del SEÑOR les dio reposo, como al ganado que desciende al valle. Así condujiste a tu pueblo, conquistando para ti un nombre glorioso.
Mira desde el cielo y contempla desde la excelsa morada de tu santidad y de tu gloria: ¿Dónde están tu celo y tu poderío? La conmoción de tu corazón y tu compasión me han sido retenidas.
Pero tú eres nuestro Padre; aunque Abraham no nos conozca e Israel no nos reconozca, tú, oh SEÑOR, eres nuestro Padre. Desde la eternidad tu nombre es Redentor Nuestro.