Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 65:1-12 verso por verso
“Yo me dejé buscar por los que no preguntaban por mí; me dejé hallar por los que no me buscaban. A una nación que no invocaba mi nombre dije: ‘¡Aquí estoy; aquí estoy!’.
Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde que anda por un camino que no es bueno, tras sus propios pensamientos.
Este es un pueblo que en mi propia cara me provoca a ira continuamente, ofreciendo sacrificios en los jardines y quemando incienso sobre ladrillos.
Moran en los sepulcros y pasan la noche en lugares secretos. Comen carne de cerdo, y en sus ollas hay caldoa de cosas contaminadas.
Ellos dicen: ‘Quédate en tu lugar. No te acerques a mí, porque soy más santo que tú’. Estos son como humo en mi nariz, fuego que arde todo el día.
“He aquí que está escrito delante de mí. No callaré, sino que daré la retribución; sí, les daré su retribución en su propio seno.
Por sus iniquidades y por las iniquidades de sus padres juntamente, dice el SEÑOR, quienes quemaron incienso sobre los montes y me afrentaron sobre las colinas, yo les repartiré en su mismo seno la retribución por sus obras del pasado”.
Así ha dicho el SEÑOR: “Como cuando alguien halla jugo en un racimo de uvas y dice: ‘No lo destruyas, porque en él hay bendición’, así procederé yo por causa de mis siervos para no destruirlo del todo.
Sacaré de Jacob descendencia; y de Judá, al heredero de mis montes. Entonces mis escogidos poseerán la tierra como heredad, y mis siervos habitarán allí.
Sarón será transformada en pastizal para ovejas, y el valle de Acor en lugar de reposo para vacas, para mi pueblo que me ha buscado.
“Pero ustedes, los que abandonan al SEÑOR, los que se olvidan de mi monte santo, los que preparan mesa para la Fortuna y vierten vino mezclado para el Destino,
yo también los destinaré a la espada, y todos ustedes se arrodillarán para el degüello. Porque llamé, y no respondieron; hablé, y no escucharon, sino que hicieron lo malo ante mis ojos y escogieron lo que a mí no me agrada”.