Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 8:11-23 verso por verso
Pues así me ha hablado el SEÑOR con mano fuerte, y me ha instruido para que no camine por el camino de este pueblo, diciendo:
“No llamen conspiración a todo lo que este pueblo llama conspiración. No teman lo que ellos temen ni se aterroricen.
¡Al SEÑOR de los Ejércitos, a él trátenlo como santo! Y si él es el temor de ustedes, y si él es el temblor de ustedes,
entonces él será el santuario de ustedes; pero será piedra de tropiezo y roca de escándalo para las dos casas de Israel, red y trampa para los habitantes de Jerusalén.
De entre ellos muchos tropezarán y caerán, y serán quebrantados. Quedarán atrapados y apresados.
Ata el testimonio y sella la ley entre mis discípulos”.
Aguardaré, pues, al SEÑOR, quien ha escondido su rostro de la casa de Jacob. En él esperaré.
He aquí, yo y los hijos que el SEÑOR me ha dado somos señales y prodigios en Israel, de parte del SEÑOR de los Ejércitos, quien habita en el monte Sion.
Y cuando les digan: “Consulten a los que evocan a los muertos y a los adivinos que susurran y murmuran al hablar”, respondan: “¿Acaso no consultará un pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos a favor de los vivos?
¡A la ley y al testimonio! Si ellos no hablan de acuerdo con esta palabra, es que no les ha amanecido.
Y pasarán por la tierra oprimidos y hambrientos. Y acontecerá que teniendo hambre se indignarán y maldecirán a su rey y a su Dios. Alzarán la vista
y mirarán a la tierra, y he allí tribulación y oscuridad de angustia. Y serán arrojados a las tinieblas.