Explicación, estudio y comentario bíblico de Jeremias 14:2-10 verso por verso
— Se ha enlutado Judá y las puertas de sus ciudades están por caer. El pueblo está abrumado en el suelo y se levanta el clamor de Jerusalén.
Sus nobles envían a sus sirvientes por agua; van a las cisternas y no hallan agua. Regresan con los cántaros vacíos. Son avergonzados y afrentados, y cubren sus cabezas.
Por cuanto el suelo está ardiente, pues no ha habido lluvia en la tierra, los labradores están avergonzados; cubren sus cabezas.
Hasta la gacela en el campo, al parir, abandona su cría porque no hay hierba.
Los asnos monteses se ponen sobre los cerros y aspiran el viento como los chacales. Sus ojos se debilitan porque no hay hierba.
— Aun cuando nuestras iniquidades testifican contra nosotros, oh SEÑOR, actúa por amor de tu nombre. Ciertamente nuestras rebeliones se han multiplicado, y contra ti hemos pecado.
Oh Esperanza de Israel, su Salvador en el tiempo de aflicción, ¿por qué has de ser como forastero en la tierra, y como caminante que levanta su tienda solo para pasar la noche?
¿Por qué has de ser como un hombre atónito o como un valiente que no puede librar? Sin embargo, tú estás entre nosotros, oh SEÑOR, y nosotros somos llamados por tu nombre. ¡No nos desampares!
Así ha dicho el SEÑOR a este pueblo: — ¡De veras que les gusta vagar, y no detienen sus pies! Por tanto, el SEÑOR no los acepta. Ahora se acordará de su iniquidad y los castigará por sus pecados.