Explicación, estudio y comentario bíblico de Jeremias 2:10-28 verso por verso
Pasen a las costas de Quitim y observen. Envíen a Quedar y consideren cuidadosamente. Vean si acaso se ha hecho algo semejante a esto.
¿Acaso alguna nación ha cambiado sus dioses, a pesar de que ellos no son dioses? Sin embargo, mi pueblo ha cambiado su gloria por lo que no aprovecha.
“¡Espántense, oh cielos, y horrorícense por esto! Tiemblen en gran manera, dice el SEÑOR.
Porque dos males ha hecho mi pueblo: Me han abandonado a mí, que soy fuente de aguas vivas, y han cavado para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen el agua.
“¿Acaso es Israel un esclavo, o uno nacido en casa? ¿Por qué ha llegado a ser una presa?
Los leones rugieron contra él, emitieron su voz e hicieron de su tierra una desolación. Sus ciudades están devastadas y sin habitantes.
Aun los hijos de Menfis y de Tafnes te rompieron el cráneo.
¿No te ha sobrevenido esto porque abandonaste al SEÑOR tu Dios cuando él te conducía por el camino?
Ahora pues, ¿qué tienes tú que ver con el camino de Egipto, para que bebas las aguas del Nilo? ¿Y qué tienes que ver con el camino de Asiria, para que bebas las aguas del Río?”.
El SEÑOR Dios de los Ejércitos dice: “Tu maldad te castigará, y tu apostasía te condenará. Reconoce, pues, y ve cuán malo y amargo es el haber abandonado al SEÑOR tu Dios y el no haberme temido.
Porque desde hace mucho quebraste tu yugo y rompiste tus coyundas. Dijiste: ‘¡No serviré!’. Ciertamente sobre toda colina alta y debajo de todo árbol frondoso te echabas tú, oh prostituta.
Yo te planté como una vid escogida, como una simiente del todo verdadera. ¿Cómo, pues, te me has convertido en una cosa repugnante, en una vid extraña?”.
El SEÑOR Dios dice: “Aunque te laves con lejía y amontones jabón sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá delante de mí.
¿Cómo puedes decir: ‘No estoy contaminada; nunca anduve tras los Baales’? Mira tu proceder en el valle; reconoce lo que has hecho, oh camellita liviana que entrecruza sus caminos.
Eres un asna montés, acostumbrada al desierto, que en el ardor de su deseo olfatea el viento. Estando en su celo, ¿quién la detendrá? Todos los que la busquen no tendrán que fatigarse, pues la hallarán en su ardor.
¡Evita que tus pies anden descalzos y que tu garganta tenga sed! Pero dijiste: ‘¡No, es inútil! Porque amo a los extraños, y tras ellos he de ir’.
“Como el ladrón se avergüenza cuando es sorprendido, así se avergonzarán los de la casa de Israel — ellos, sus reyes, sus magistrados, sus sacerdotes y sus profetas — ,
los que dicen a un árbol: ‘Tú eres mi padre’, y a una piedra: ‘Tú me has dado a luz’. “Ciertamente me han dado las espaldas y no la cara, pero en el tiempo de su angustia dicen: ‘¡Levántate y líbranos!’.
Pero, ¿dónde están tus dioses que te hiciste? ¡Que se levanten, si te han de librar en el tiempo de tu desgracia! Porque según el número de tus ciudades, oh Judá, han sido tus dioses.