Explicación, estudio y comentario bíblico de Jeremias 2:9-19 verso por verso
Por tanto, dice el SEÑOR, aún contenderé contra ustedes; contra los hijos de sus hijos contenderé.
Pasen a las costas de Quitim y observen. Envíen a Quedar y consideren cuidadosamente. Vean si acaso se ha hecho algo semejante a esto.
¿Acaso alguna nación ha cambiado sus dioses, a pesar de que ellos no son dioses? Sin embargo, mi pueblo ha cambiado su gloria por lo que no aprovecha.
“¡Espántense, oh cielos, y horrorícense por esto! Tiemblen en gran manera, dice el SEÑOR.
Porque dos males ha hecho mi pueblo: Me han abandonado a mí, que soy fuente de aguas vivas, y han cavado para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen el agua.
“¿Acaso es Israel un esclavo, o uno nacido en casa? ¿Por qué ha llegado a ser una presa?
Los leones rugieron contra él, emitieron su voz e hicieron de su tierra una desolación. Sus ciudades están devastadas y sin habitantes.
Aun los hijos de Menfis y de Tafnes te rompieron el cráneo.
¿No te ha sobrevenido esto porque abandonaste al SEÑOR tu Dios cuando él te conducía por el camino?
Ahora pues, ¿qué tienes tú que ver con el camino de Egipto, para que bebas las aguas del Nilo? ¿Y qué tienes que ver con el camino de Asiria, para que bebas las aguas del Río?”.
El SEÑOR Dios de los Ejércitos dice: “Tu maldad te castigará, y tu apostasía te condenará. Reconoce, pues, y ve cuán malo y amargo es el haber abandonado al SEÑOR tu Dios y el no haberme temido.