Explicación, estudio y comentario bíblico de Jeremias 23:14-29 verso por verso
Y en los profetas de Jerusalén he visto algo horrible: Cometen adulterio, andan en la mentira y fortalecen las manos de los malhechores de manera que ninguno se convierta de su maldad. Todos ellos son para mí como Sodoma, y sus habitantes como Gomorra.
Por tanto, así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos acerca de los profetas: He aquí que los haré comer ajenjo y los haré beber aguas envenenadas, porque de los profetas de Jerusalén ha salido la corrupción a todo el país”.
Así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos: “No escuchen las palabras de los profetas que les profetizan. Ellos los llenan de vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca del SEÑOR.
Continuamente dicen a los que desprecian la palabra del SEÑOR: ‘Tendrán paz’. Y a cualquiera que anda tras la porfía de su corazón dicen: ‘No vendrá el mal sobre ustedes’ ”.
Pero, ¿quién ha estado en el consejo secreto del SEÑOR y ha percibido y oído su palabra? ¿Quién ha estado atento a su palabra y la ha obedecido?
He aquí que el huracán del SEÑOR sale con furor. Es un huracán que gira e irrumpe sobre la cabeza de los impíos.
No se apartará la ira del SEÑOR hasta que haya hecho y cumplido los propósitos de su corazón. Al final de los días lo entenderán claramente.
“Yo no enviaba a aquellos profetas, pero ellos corrían. Yo no les hablaba, pero ellos profetizaban.
Si hubieran estado en mi consejo secreto, entonces habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y les habrían hecho volver de su mal camino y de la maldad de sus obras.
“¿Acaso soy yo Dios de cerca, y no Dios de lejos?, dice el SEÑOR.
¿Acaso podrá alguien ocultarse en escondrijos para que yo no lo vea?, dice el SEÑOR. ¿Acaso no lleno yo el cielo y la tierra?, dice el SEÑOR.
“He oído lo que dijeron aquellos profetas que en mi nombre profetizan mentira, diciendo: ‘¡He soñado, he soñado!’.
¿Hasta cuándo? ¿Qué hay en el corazón de los profetas que profetizan mentira y que profetizan el engaño de sus propios corazones?
¿Acaso con sus sueños que cada uno cuenta a su compañero, piensan hacer que mi pueblo se olvide de mi nombre, de la manera que sus padres se olvidaron de mi nombre por causa de Baal?
El profeta que tenga un sueño, que cuente el sueño; pero el que tenga mi palabra, que hable mi palabra con fidelidad. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo?, dice el SEÑOR.
¿No es mi palabra como el fuego y como el martillo que despedaza la roca?, dice el SEÑOR.