Explicación, estudio y comentario bíblico de Jeremias 23:15-24 verso por verso
Por tanto, así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos acerca de los profetas: He aquí que los haré comer ajenjo y los haré beber aguas envenenadas, porque de los profetas de Jerusalén ha salido la corrupción a todo el país”.
Así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos: “No escuchen las palabras de los profetas que les profetizan. Ellos los llenan de vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca del SEÑOR.
Continuamente dicen a los que desprecian la palabra del SEÑOR: ‘Tendrán paz’. Y a cualquiera que anda tras la porfía de su corazón dicen: ‘No vendrá el mal sobre ustedes’ ”.
Pero, ¿quién ha estado en el consejo secreto del SEÑOR y ha percibido y oído su palabra? ¿Quién ha estado atento a su palabra y la ha obedecido?
He aquí que el huracán del SEÑOR sale con furor. Es un huracán que gira e irrumpe sobre la cabeza de los impíos.
No se apartará la ira del SEÑOR hasta que haya hecho y cumplido los propósitos de su corazón. Al final de los días lo entenderán claramente.
“Yo no enviaba a aquellos profetas, pero ellos corrían. Yo no les hablaba, pero ellos profetizaban.
Si hubieran estado en mi consejo secreto, entonces habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y les habrían hecho volver de su mal camino y de la maldad de sus obras.
“¿Acaso soy yo Dios de cerca, y no Dios de lejos?, dice el SEÑOR.
¿Acaso podrá alguien ocultarse en escondrijos para que yo no lo vea?, dice el SEÑOR. ¿Acaso no lleno yo el cielo y la tierra?, dice el SEÑOR.