Explicación, estudio y comentario bíblico de Jeremias 25:17-27 verso por verso
Tomé, pues, la copa de la mano del SEÑOR y di de beber a todas las naciones a las cuales el SEÑOR me había enviado:
A Jerusalén y a las ciudades de Judá, a sus reyes y a sus magistrados, para convertirlos en ruinas, en horror, en rechifla y en maldición, como en este día.
Al faraón rey de Egipto, a sus servidores, a sus magistrados, a todo su pueblo
y a toda su población asimilada. A todos los reyes de la tierra de Uz y a todos los reyes de la tierra de Filistea (Ascalón, Gaza, Ecrón y los sobrevivientes de Asdod).
A Edom, a Moab, a los hijos de Amón;
a todos los reyes de Tiro, a todos los reyes de Sidón y a los reyes de las costas que están al otro lado del mar.
A Dedán, a Tema, a Buz y a todos los que se rapan las sienes.
A todos los reyes de Arabia y a todos los reyes de la población asimilada que habita en el desierto.
A todos los reyes de Zimri, a todos los reyes de Elam y a todos los reyes de Media.
A todos los reyes del norte, tanto a los cercanos como a los lejanos, a los unos como a los otros. Di de beber a todos los reinos que hay sobre la faz de la tierra, y el rey de Sesac beberá después de ellos.
“Les dirás que así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos, Dios de Israel: ‘Beban y embriáguense; vomiten y caigan. No los levantarán a causa de la espada que yo envío contra ustedes’.