Explicación, estudio y comentario bíblico de Jeremias 30:6-14 verso por verso
Pregunten, pues, y miren: ¿Acaso un varón da a luz? ¿Por qué he visto a todo hombre con las manos sobre las caderas como una mujer que da a luz, y todas las caras se han vuelto pálidas?
¡Oh, cuán grande será aquel día; tanto, que no hay otro semejante a él! Será tiempo de angustia para Jacob, pero será librado de él.
“Sucederá en aquel día, dice el SEÑOR de los Ejércitos, que yo quebraré el yugo de sobre su cuello y romperé sus coyundas. Los extraños no volverán a someterlo a servidumbre.
Más bien, servirán al SEÑOR su Dios y a David su rey, a quien yo levantaré para ellos.
“Pero tú no temas, oh siervo mío Jacob, ni desmayes, oh Israel, dice el SEÑOR. Porque he aquí, yo soy el que te salva desde lejos; y a tu descendencia, de la tierra de su cautividad. Jacob volverá y estará tranquilo; estará confiado, y no habrá quien lo atemorice.
Porque yo estoy contigo para salvarte, dice el SEÑOR. Ciertamente haré exterminio en todas las naciones entre las cuales te he dispersado; pero en ti no haré exterminio, sino que te castigaré con justicia. De ninguna manera te daré por inocente.
Porque así ha dicho el SEÑOR: Tu quebranto es incurable y tu herida es grave.
No hay quien juzgue tu causa; no tienes remedio eficaz para tu úlcera.
Todos tus amantes se han olvidado de ti; ya no te buscan. Porque te he herido como a enemigo con castigo de hombre cruel, a causa del gran número de tus maldades y de la multitud de tus pecados.