Explicación, estudio y comentario bíblico de Jeremias 34:1-12 verso por verso
La palabra que vino a Jeremías de parte del SEÑOR (cuando Nabucodonosor rey de Babilonia, todo su ejército, todos los reinos de la tierra que estaban bajo el señorío de su mano y todos los pueblos combatían contra Jerusalén y contra sus ciudades), diciendo
que así ha dicho el SEÑOR Dios de Israel: “Ve y habla a Sedequías, rey de Judá, y dile que así ha dicho el SEÑOR: He aquí, yo entrego esta ciudad en mano del rey de Babilonia, y la incendiará.
Tú no escaparás de su mano, sino que ciertamente serás apresado y entregado en su mano. Tus ojos verán los ojos del rey de Babilonia; él te hablará cara a cara, y entrarás en Babilonia.
No obstante, escucha la palabra del SEÑOR, oh Sedequías, rey de Judá. Así ha dicho el SEÑOR acerca de ti: No morirás a espada.
En paz morirás; y como se quemó incienso por tus padres, los reyes que te precedieron, así se quemará por ti. Y harán lamentación por ti diciendo: ‘¡Ay señor!’, porque yo he hablado la palabra”, dice el SEÑOR.
El profeta Jeremías habló todas estas palabras a Sedequías, rey de Judá, en Jerusalén.
El ejército del rey de Babilonia combatía contra Jerusalén y contra las ciudades de Judá que habían quedado: contra Laquis y contra Azeca. Porque solo estas habían quedado de las ciudades fortificadas de Judá.
La palabra que vino a Jeremías de parte del SEÑOR, después que el rey Sedequías hizo pacto con todo el pueblo en Jerusalén para promulgarles libertad,
a fin de que cada uno dejara libre a su esclavo o a su esclava hebreos, de modo que ninguno se sirviera de sus hermanos judíos como esclavos.
Oyeron esto todos los magistrados y todo el pueblo que habían participado en el pacto de dejar en libertad, cada uno a su esclavo o a su esclava, para que ninguno se sirviera más de ellos como esclavos, y obedecieron dejándolos en libertad.
Pero después cambiaron de parecer e hicieron volver a los esclavos y a las esclavas que habían dejado en libertad, y los sometieron como esclavos y esclavas.
Entonces la palabra del SEÑOR vino a Jeremías, de parte del SEÑOR, diciendo: