Explicación, estudio y comentario bíblico de Jeremias 36:11-19 verso por verso
Entonces Miqueas hijo de Gemarías, hijo de Safán, habiendo oído del libro todas las palabras del SEÑOR,
descendió a la casa del rey, a la cámara del escriba. Y he aquí que todos los magistrados estaban sentados allí: el escriba Elisama, Delaías hijo de Semeías, Elnatán hijo de Acbor, Gemarías hijo de Safán, Sedequías hijo de Ananías y los demás magistrados.
Miqueas les refirió todas las palabras que había oído a Baruc leer del libro, a oídos del pueblo.
Entonces todos los magistrados enviaron a Jehudí hijo de Netanías, hijo de Selemías, hijo de Cusi, para que dijera a Baruc: — Toma en tu mano el rollo que leíste a oídos del pueblo, y ven. Baruc hijo de Nerías tomó el rollo en su mano y fue a ellos.
Entonces le dijeron: — Siéntate, y léelo a nuestros oídos. Baruc lo leyó a sus oídos.
Y sucedió que cuando oyeron todas aquellas palabras, cada uno, espantado, se volvió a su compañero. Y dijeron a Baruc: — ¡Sin falta hemos de referir al rey todas estas palabras!
Luego preguntaron a Baruc diciendo: — Cuéntanos cómo escribiste de parte de él todas estas palabras.
Baruc les dijo: — Él me dictaba todas estas palabras, y yo escribía con tinta en el libro.
Entonces los magistrados dijeron a Baruc: — Ve, y escóndanse tú y Jeremías. Que nadie sepa dónde están.