• Jeremias 36:12

    descendió a la casa del rey, a la cámara del escriba. Y he aquí que todos los magistrados estaban sentados allí: el escriba Elisama, Delaías hijo de Semeías, Elnatán hijo de Acbor, Gemarías hijo de Safán, Sedequías hijo de Ananías y los demás magistrados.

  • Jeremias 36:13

    Miqueas les refirió todas las palabras que había oído a Baruc leer del libro, a oídos del pueblo.

  • Jeremias 36:14

    Entonces todos los magistrados enviaron a Jehudí hijo de Netanías, hijo de Selemías, hijo de Cusi, para que dijera a Baruc: — Toma en tu mano el rollo que leíste a oídos del pueblo, y ven. Baruc hijo de Nerías tomó el rollo en su mano y fue a ellos.

  • Jeremias 36:15

    Entonces le dijeron: — Siéntate, y léelo a nuestros oídos. Baruc lo leyó a sus oídos.

  • Jeremias 36:16

    Y sucedió que cuando oyeron todas aquellas palabras, cada uno, espantado, se volvió a su compañero. Y dijeron a Baruc: — ¡Sin falta hemos de referir al rey todas estas palabras!

  • Jeremias 36:17

    Luego preguntaron a Baruc diciendo: — Cuéntanos cómo escribiste de parte de él todas estas palabras.

  • Jeremias 36:18

    Baruc les dijo: — Él me dictaba todas estas palabras, y yo escribía con tinta en el libro.

  • Jeremias 36:19

    Entonces los magistrados dijeron a Baruc: — Ve, y escóndanse tú y Jeremías. Que nadie sepa dónde están.

  • Jeremias 36:20

    Habiendo depositado el rollo en la cámara del escriba Elisama, fueron al rey, en el atrio, y refirieron todas estas cosas a oídos del rey.

  • Jeremias 36:21

    Entonces el rey envió a Jehudí para que tomara el rollo. Este lo tomó de la cámara del escriba Elisama y lo leyó a oídos del rey y a oídos de todos los magistrados que estaban junto al rey.

  • Jeremias 36:22

    Era el mes noveno, y el rey estaba en la casa de invierno, donde había un brasero encendido delante de él.

  • Jeremias 36:23

    Y sucedió que cuando Jehudí había leído tres o cuatro columnas, el rey lo rasgó con un cortaplumas de escriba y lo echó al fuego que había en el brasero, hasta que todo el rollo se consumió en el fuego que había en el brasero.

  • Jeremias 36:24

    Pero ni el rey ni todos sus servidores que oyeron estas palabras sintieron temor ni rasgaron sus vestiduras.

  • Jeremias 36:25

    A pesar de que Elnatán, Delaías y Gemarías rogaron al rey que no quemara aquel rollo, no los quiso escuchar.

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