Explicación, estudio y comentario bíblico de Jeremias 37:2-6 verso por verso
Pero ni él ni sus servidores ni el pueblo de la tierra obedecieron las palabras que el SEÑOR había dicho por medio del profeta Jeremías.
El rey Sedequías envió a Jucal hijo de Selemías y al sacerdote Sofonías hijo de Maasías, para que dijeran al profeta Jeremías: “Por favor, ora por nosotros al SEÑOR, nuestro Dios”.
Jeremías entraba y salía en medio del pueblo, porque todavía no lo habían puesto en la cárcel.
El ejército del faraón había salido de Egipto y cuando la noticia acerca de ellos llegó a oídos de los caldeos que tenían sitiada a Jerusalén, estos se fueron de Jerusalén.
Entonces vino la palabra del SEÑOR al profeta Jeremías, diciendo: