Explicación, estudio y comentario bíblico de Jeremias 4:25-26 verso por verso
Miré, y he aquí que no había hombre, y todas las aves del cielo habían huido.
Miré, y he aquí que la tierra fértil era un desierto. Todas sus ciudades habían sido devastadas ante la presencia del SEÑOR, ante el ardor de su ira.