Explicación, estudio y comentario bíblico de Jeremias 42:7-24 verso por verso
Aconteció que al cabo de diez días vino la palabra del SEÑOR a Jeremías.
Este llamó a Johanán hijo de Carea, a todos los oficiales de los soldados que estaban con él y a todo el pueblo desde el menor hasta el mayor
y les dijo: — Así ha dicho el SEÑOR Dios de Israel, a quien me enviaron para que presentara la súplica de ustedes delante de él:
“Si decididamente permanecen en esta tierra, les edificaré y no les destruiré. Les plantaré y no les arrancaré, porque he desistido del mal que les he hecho.
No teman al rey de Babilonia, de quien tienen miedo. No le teman, dice el SEÑOR, porque yo estoy con ustedes para salvarlos y para librarlos de su mano.
Les mostraré misericordia, de manera que él se compadecerá de ustedes y los hará volver a su tierra.
Pero si dicen: ‘No habitaremos en esta tierra’, desobedeciendo así la voz del SEÑOR su Dios,
y si dicen: ‘No, sino que nos iremos a la tierra de Egipto, en la cual no veremos guerra ni oiremos el sonido de la corneta ni tendremos hambre de pan, y allí habitaremos’,
entonces oigan la palabra del SEÑOR, oh remanente de Judá: Así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos, Dios de Israel: Si ustedes han decidido ir a Egipto y se van allá para residir,
sucederá que allí en la tierra de Egipto los alcanzará la espada que temen. Allá en Egipto los acosará el hambre que les preocupa, y allí morirán.
Sucederá que todos los hombres que han decidido ir a Egipto para residir allí, morirán por la espada, por el hambre y por la peste. No habrá quien quede vivo de ellos ni quien escape ante el mal que yo traeré sobre ellos.
Porque así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos, Dios de Israel: Como se derramó mi furor y mi ira sobre los habitantes de Jerusalén, así se derramará mi ira sobre ustedes cuando entren en Egipto. Serán objeto de imprecación, de horror, de maldición y de oprobio; y no volverán a ver este lugar”.
»Oh remanente de Judá, el SEÑOR ha dicho de ustedes: “No entren en Egipto”. Sepan ciertamente que hoy se los he advertido.
Se han descarriado a costa de sus propias vidas, porque ustedes mismos me han enviado al SEÑOR su Dios, diciendo: “Ora por nosotros al SEÑOR nuestro Dios; y todo lo que el SEÑOR nuestro Dios declare, háznoslo saber, y lo pondremos por obra”.
Pues les he declarado hoy, pero no han obedecido la voz del SEÑOR su Dios en nada de lo que me envió a decirles.
Ahora pues, sepan ciertamente que por la espada, por el hambre y por la peste morirán en el lugar a donde desean entrar para residir allí.