Explicación, estudio y comentario bíblico de Jeremias 48:11-24 verso por verso
“Tranquilo estaba Moab desde su juventud; sobre sus sedimentos ha estado reposado. No ha sido vaciado de vaso en vaso ni ha ido en cautividad. Por eso ha quedado en él su sabor, y su olor no se ha mutado.
Por tanto, he aquí que vienen días, dice el SEÑOR, en que yo le enviaré quienes lo hagan vaciar, y lo vaciarán. Dejarán vacías sus vasijas y destrozarán sus tinajas.
Moab se avergonzará de Quemós, como la casa de Israel se avergonzó de Betel, en la cual puso su confianza.
¿Cómo dirán: ‘Somos valientes y hombres fuertes para la guerra’?
Destruido está Moab; han escalado sus ciudades. La flor de su juventud descendió al degolladero, dice el Rey, cuyo nombre es el SEÑOR de los Ejércitos.
El desastre de Moab está próximo a venir, y su calamidad se apresura mucho.
Compadézcanse de él todos los que están alrededor suyo; todos los que conocen su nombre, digan: ‘¡Cómo se ha roto el poderoso cetro, la vara gloriosa!’.
“Desciende de la gloria; siéntate sobre tierra sedienta, oh moradora de Dibón; porque el destructor de Moab ha subido contra ti y ha destruido tus fortalezas.
Ponte de pie en el camino y mira, oh moradora de Aroer. Pregunta al que va huyendo y di a la que se escapa: ‘¿Qué ha acontecido?’.
Moab ha sido avergonzado, porque es arrasado. Lamenten y griten; anuncien junto al Arnón que Moab es destruido,
y que ha venido juicio a la tierra de la llanura; a Holón, a Jahaz, sobre Mefaat;
sobre Dibón, sobre Nebo y sobre Bet-diblataim;
sobre Quiriataim, sobre Bet-gamul y sobre Bet-maón;
sobre Queriot, sobre Bosra y sobre todas las ciudades de la tierra de Moab; las de lejos y las de cerca.