Explicación, estudio y comentario bíblico de Jeremias 50:2-24 verso por verso
“Anuncien en las naciones y proclamen. Levanten bandera; anúncienlo y no lo encubran. Digan: ‘Tomada es Babilonia, Bel es avergonzado, Marduc es hecho pedazos. Sus imágenes son avergonzadas, y sus ídolos hechos pedazos’.
Porque desde el norte subirá contra ella una nación, la cual convertirá su tierra en objeto de horror. No habrá nadie que la habite. Tanto los hombres como los animales huirán; se irán.
“En aquellos días y en aquel tiempo, dice el SEÑOR, vendrán los hijos de Israel, junto con los hijos de Judá. Irán andando y llorando, y buscarán al SEÑOR su Dios.
Preguntarán por el camino de Sion, hacia donde volverán sus caras, y vendrán y se unirán al SEÑOR en pacto eterno que jamás será echado al olvido.
“Ovejas perdidas fueron mi pueblo; sus pastores las hicieron errar. Las descarriaron por las colinas; anduvieron de monte en colina, y se olvidaron de sus prados de reposo.
Todos los que los hallaban los devoraban. Y sus enemigos decían: ‘No somos culpables, por cuanto son ellos los que han pecado contra el SEÑOR, su morada de justicia contra el SEÑOR, la esperanza de sus padres’.
“Huyan de en medio de Babilonia y salgan de la tierra de los caldeos. Sean como los carneros que van delante del rebaño.
Porque he aquí que yo levanto y hago subir contra Babilonia una asamblea de grandes naciones de la tierra del norte. Dispondrán batalla contra ella, y desde allí será tomada. Sus flechas, como las de un diestro guerrero, no volverán vacías.
“Caldea será para despojo. Todos los que la despojen quedarán saciados, dice el SEÑOR.
Aunque se alegran y gozan, oh saqueadores de mi heredad; aunque brincan como ternera en el pastizal y relinchan como corceles,
la madre de ustedes se avergonzará sobremanera. Se volverá pálida la que los dio a luz. He aquí, será la última de las naciones: desierto, sequedal y tierra árida.
Por causa de la ira del SEÑOR no será habitada, y quedará totalmente desolada. Toda persona que pase por Babilonia se asombrará y silbará por causa de todas sus plagas.
“Dispongan batalla contra Babilonia, alrededor de ella, todos los que entesan el arco. Tiren contra ella, no escatimen flechas; porque ha pecado contra el SEÑOR.
Griten contra ella en derredor: ‘¡Se ha rendido!’. Han caído sus torres; sus muros han sido derribados, porque esta es la venganza del SEÑOR. Tomen venganza contra ella; hagan como ella hizo.
Eliminen de Babilonia al sembrador y al que toma la hoz en el tiempo de la siega. Ante la espada opresora, cada cual mirará hacia su propio pueblo, y cada cual huirá a su propio país.
“Oveja descarriada es Israel; los leones la ahuyentaron. Primero la devoró el rey de Asiria; y finalmente la deshuesó Nabucodonosor, rey de Babilonia.
Por tanto, así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo castigo al rey de Babilonia y a su tierra, como castigué al rey de Asiria.
A Israel traeré de nuevo a su pastizal, y pacerá en el Carmelo y en Basán. En los montes de Efraín y en Galaad se saciará su alma.
En aquellos días y en aquel tiempo, dice el SEÑOR, será buscada la maldad de Israel, y no aparecerá; los pecados de Judá, y no serán hallados más. Porque perdonaré al remanente que yo haya dejado.
“Sube contra la tierra de Merataim, y contra los habitantes de Pecod. Devasta y destruye tras ellos, dice el SEÑOR; haz conforme a todo lo que yo te he mandado.
Estruendo de guerra hay en la tierra, y gran quebrantamiento.
¡Cómo fue cortado y quebrado el martillo de toda la tierra! ¡Cómo ha sido convertida Babilonia en objeto de horror en medio de las naciones!
Te puse trampas, oh Babilonia. Fuiste atrapada, ¡y tú no lo supiste! Fuiste hallada y también fuiste apresada, porque contendiste contra el SEÑOR.