Explicación, estudio y comentario bíblico de Jeremias 51:31-39 verso por verso
Un correo sale al encuentro de otro correo, y un heraldo al encuentro de otro heraldo, para informar al rey de Babilonia que su ciudad es tomada de extremo a extremo.
Los vados han sido tomados, los carrizales han sido quemados a fuego, y los hombres de guerra están aterrados.
Porque así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos, Dios de Israel: La hija de Babilonia es como una era. Ya es tiempo de trilla. Dentro de poco le vendrá el tiempo de la siega.
“‘Nabucodonosor, rey de Babilonia, me ha devorado, me ha causado confusión. Me ha dejado como un vaso vacío; me ha tragado como un monstruo acuático. Ha llenado su estómago con mis delicadezas y a mí me ha expulsado.
¡Caiga sobre Babilonia la violencia hecha contra mí y mi carne!’, dirá la moradora de Sion. ‘¡Caiga mi sangre sobre los habitantes de Caldea!’, dirá Jerusalén.
“Por tanto, así ha dicho el SEÑOR: He aquí que yo juzgo tu causa y llevaré a cabo tu venganza. Secaré las aguas de ella y haré que queden secas sus fuentes.
Babilonia será convertida en montones de escombros, en morada de chacales, en objeto de horror y de rechifla, sin ningún habitante.
A una rugirán como leones; gruñirán como cachorros de león.
Cuando estén en pleno calor les serviré sus banquetes; haré que se embriaguen, de modo que se alegren. Dormirán el sueño eterno y no se despertarán, dice el SEÑOR.