Explicación, estudio y comentario bíblico de Jeremias 8:4-12 verso por verso
“Asimismo, les dirás que así ha dicho el SEÑOR: ‘¿No se levantan los que se caen? ¿No vuelve el que es tomado cautivo?
¿Por qué apostata este pueblo, oh Jerusalén, con perenne apostasía? Se aferran al engaño; rehúsan volver’.
“Oí atentamente y escuché; no hablan con rectitud. No hay hombre que se arrepienta de su maldad y que diga: ‘¿Qué he hecho?’. Cada cual se ha vuelto a su carrera, como caballo que arremete en la batalla.
“Hasta la cigüeña en el cielo conoce sus tiempos determinados; la tórtola, la golondrina y la grulla guardan el tiempo de sus migraciones. Pero mi pueblo no conoce el juicio del SEÑOR.
¿Cómo dirán: ‘Nosotros somos sabios, y la ley del SEÑOR está con nosotros’? Ciertamente he aquí que la pluma engañosa de los escribas la ha convertido en engaño.
Los sabios son avergonzados, se llenan de terror y son tomados prisioneros. He aquí que han rechazado la palabra del SEÑOR, ¿y qué clase de sabiduría les queda?
Por tanto, daré a otros sus mujeres y sus campos a los conquistadores; porque desde el menor hasta el mayor, cada uno persigue las ganancias deshonestas. Desde el profeta hasta el sacerdote, todos obran con engaño
y curan con superficialidad el quebranto de la hija de mi pueblo, diciendo: ‘Paz, paz’. ¡Pero no hay paz!
“¿Acaso se han avergonzado de haber hecho abominación? ¡Ciertamente no se han avergonzado ni han sabido humillarse! Por tanto, caerán entre los que caigan; en el tiempo de su castigo tropezarán, ha dicho el SEÑOR.