Explicación, estudio y comentario bíblico de Jeremias 9:3-16 verso por verso
Dispusieron su lengua como arco; se hicieron fuertes en la tierra para el engaño, no para la fidelidad. “Procedieron de mal en mal y no me han conocido, dice el SEÑOR.
¡Cuídese cada uno de su prójimo! En ningún hermano tenga confianza; todo hermano suplanta, y todo prójimo anda calumniando.
Cada uno engaña a su prójimo, y no hablan verdad; enseñan su lengua para hablar mentira. Se han pervertido hasta el cansancio.
Su morada está en medio del engaño y a causa del engaño rehúsan conocerme”, dice el SEÑOR.
Por tanto, así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos: “He aquí que yo los fundiré y los probaré. Pues, ¿de qué otro modo he de proceder con la hija de mi pueblo?
Flecha asesina es la lengua de ellos; hablan engaño. Con su boca habla de paz a su prójimo, pero dentro de sí pone emboscada.
¿No habré de castigarlos por esto?, dice el SEÑOR. ¿No tomará venganza mi alma de una nación como esta?”.
Prorrumpiré en llanto y lamento por los montes, en canto fúnebre por los pastizales del desierto. Porque han sido devastados hasta no quedar quien pase ni se escucha el mugido del ganado. Desde las aves del cielo hasta el ganado huirán y se irán.
“Yo convertiré a Jerusalén en montones de piedras y en guarida de chacales. Convertiré las ciudades de Judá en una desolación, sin habitantes”.
¿Quién es el hombre sabio que entienda esto? ¿A quién ha hablado la boca del SEÑOR, de manera que lo pueda declarar? ¿Por qué ha perecido la tierra y ha sido devastada cual desierto, de modo que nadie pase por ella?
Y el SEÑOR dijo: “Porque dejaron mi ley, la cual puse delante de ellos. No obedecieron mi voz ni caminaron conforme a ella.
Más bien, fueron tras la porfía de sus corazones y tras los Baales, como sus padres les enseñaron.
Por tanto, así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos, Dios de Israel, he aquí que haré comer ajenjo a este pueblo; los haré beber aguas envenenadas.
Los esparciré entre naciones que ni ellos ni sus padres conocieron. Y enviaré tras ellos la espada, hasta que yo los extermine.