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Todavía estaba este hablando, cuando llegó otro y le dijo: — Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en la casa de su hermano, el primogénito.
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Y he aquí que vino un fuerte viento del otro lado del desierto y golpeó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes y murieron. Solo yo escapé para darte la noticia.
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