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Si soy culpable, ¡ay de mí! Pero aun siendo justo, no levanto mi cabeza pues estoy harto de ignominia y de ver mi aflicción.
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Si me levanto, me cazas como a león y vuelves a mostrar en mí tus proezas.
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Traes de nuevo tus testigos contra mí, y aumentas contra mí tu ira con tropas de relevo en mi contra.
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»¿Por qué, pues, me sacaste de la matriz? Hubiera yo expirado y ningún ojo me habría visto.
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