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»¿Por qué, pues, me sacaste de la matriz? Hubiera yo expirado y ningún ojo me habría visto.
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Habría sido como si nunca hubiera existido, conducido desde el vientre hasta la tumba.
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¿Acaso no son pocos los días de mi existencia? Apártate de mí, de modo que me alivie un poco
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antes que me vaya, para no volver, a la tierra de oscuridad y de tinieblas:
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tierra lóbrega como la oscuridad, de densas tinieblas y desorden, donde lo que brilla es como la oscuridad.
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