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»Si predispones tu corazón y extiendes a él tus manos
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(si hay injusticia en tus manos, aléjala de ti, y no cobijes la maldad en tu morada),
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entonces levantarás tu cara libre de mancha, estarás sólidamente fundado y no temerás.
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Pues así te olvidarás de tu sufrimiento como aguas que ya pasaron lo recordarás.
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Tu existencia será más resplandeciente que el mediodía; aun la oscuridad te será como la alborada.
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Estarás confiado, porque hay esperanza; explorarás alrededor y te acostarás seguro.
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Te recostarás y no habrá quien te espante; muchos implorarán tu favor.
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Pero los ojos de los malos serán consumidos; no habrá para ellos escapatoria, y su esperanza es dar el último suspiro.
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