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— ¿No ha de tener respuesta tal abundancia de palabras? ¿Habrá de salir justificado el charlatán?
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¿Harán callar a los hombres tus jactancias? ¿Harás escarnio sin que haya quien te afrente?
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Tú dices: “Mi doctrina es pura, y yo soy limpio ante tus ojos”.
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