-
Esto también me será salvación, porque un impío no iría a su presencia.
-
Oigan con atención mi discurso; oigan con sus oídos mi declaración.
-
He aquí que yo he expuesto mi causa y sé que seré declarado justo.
-
¿Quién es el que ha de contender conmigo? Pues si ahora yo callara, expiraría.
-
»Solo dos cosas no hagas conmigo, oh Dios; entonces no me esconderé de tu rostro:
Continúa después de la publicidad