-
Sin embargo, yo le hablaré al Todopoderoso pues quiero argumentar con Dios.
-
»En cuanto a ustedes, lo recubren todo con mentira; todos ustedes son médicos inútiles.
-
¡Oh que callaran del todo! Ello les sería contado por sabiduría.
-
Escuchen, pues, mi razonamiento, y estén atentos a los argumentos de mis labios.
-
¿A favor de Dios hablarán perversidad? ¿A favor de él hablarán engaño?
-
¿Habrán de mostrar por él parcialidad? ¿Contenderán a favor de Dios?
-
¿Les irá bien cuando él los escudriñe? ¿Acaso se burlarán de él como quien se burla de un hombre?
-
Ciertamente él los reprobará si en secreto muestran parcialidad.
-
¿No se espantará su majestad, y caerá sobre ustedes su pavor?
-
Las máximas de ustedes son proverbios de polvo, y sus defensas son defensas de barro.
-
»Callen delante de mí, y yo hablaré me pase lo que me pase.
-
¿Por qué he de arrancar mi carne con mis propios dientes? ¿O he de exponer mi vida en mi mano?
-
He aquí, aunque él me mate en él he de esperar. Ciertamente defenderé ante su presencia mis caminos.
-
Esto también me será salvación, porque un impío no iría a su presencia.
-
Oigan con atención mi discurso; oigan con sus oídos mi declaración.
-
He aquí que yo he expuesto mi causa y sé que seré declarado justo.