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¿Sobre uno así abres tus ojos y lo traes a juicio contigo?
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¿Quién puede sacar lo limpio de lo impuro? ¡Nadie!
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Ciertamente sus días están determinados y el número de sus meses depende de ti. Tú le has fijado sus límites, los cuales no podrá traspasar.
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Aparta de él tu mirada, y que descanse hasta que, cual un jornalero, haya disfrutado su día.
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